La colegiata de Santillana del Mar se construye en el siglo XII, de estilo románico haciéndose cargo la orden de los canónigos de San Agustín. La primitiva edificación sería una pequeña ermita, cuyo estilo seria próximo a la tradición visigoda o asturiana.
El templo cuenta con una cabecera con tres ábsides semicirculares, el central es más alto y grande, cubiertos con bóvedas de cañón y de horno; un crucero que se destaca en alzado, con un cimborrio central; y tres naves, de las cuales la central es más ancha y alta que las laterales.
Entramos en el recinto a través de una portada en arco de medio punto, con arquivoltas, abierta en el muro meridional, entre un amplio atrio (en su día cementerio) protegido por respectivos leones.
En el frontis de la portada se expone un friso de pequeñas esculturas de santos, centrados entorno al Pantocrátor con mandorla sostenidaor ángeles. A la derecha de la portada observamos una torre o campanil de forma cilíndrica, a su lado la nueva sacristia, y a los pies de la iglesia la torre de campanas.
El retablo mayor, de estilo gótico, en sus tablas pictóricas se observan escenas evangélicas y de la vida santa.
El claustro tiene forma cuadrada y se comunica con la nave del evangelio a través de una portada románica. Su importancia radica en la iconografía de sis capiteles, que constituyen una síntesis de los principales motivos decorativos, figurados, geométricos y vegetales del Románico a lo largo de su evolución histórica.
La parte meridional, esta adosada al templo, es la más antigua y muestra diversos temas bíblicos como el Pantocrátor y Tetramorfos, apóstoles, Daniel en el foso de los leones, el sueño de Nabucodonosor, Sansón desquitando al león, la degollación de San Juan, el milagro de los panes, y los peces y el Descendimiento, junto con otros temas profanos como la despedida del caballero o los relativos a la lucha entre el Bien y el Mal, representados por el guerrero cristiano que mata al dragón o el pastor ahuyentando a los lobos.
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La encontramos en la plaza del mercado hoy llamada Ramón Pelayo, se supone que pudo ser construida en el siglo XIV. Su nombre se debe a que era la vivienda del representante del rey.
Esta casa mantiene en su mayoría su aspecto original, aunque con algunas transformaciones como almenas convertidas en ventanas bajo la cubierta o la ventana adintelada de la planta baja.
Su interior cuenta con una estructura de madera bella de contemplar.
La Torre Don Borja de Santillana del Mar data del siglo XV y ampliada en el XVI, su nombre se debe a Don Borja Barreda, titular del mayorazgo de esta familia en el siglo XIX.
Encontramos dos estructuras unidas por un patio interior. Fue restaurada en 1981 para ser sede de la Fundación Santillana, hoy en día se utiliza como centro cultural, donde se pueden ver importantes exposiciones.
El Palacio de los Velarde se ubica en la plaza de las Arenas junto a la Colegiata de la villa histórica de Santillana del Mar (Cantabria). Fue edificado por Alonso de Velarde a mediados del siglo XVI en estilo renacentista, como se aprecia en la fachada principal, situada al este, con soportal, balcones y escudos.
La fachada que se abre a la plaza muestra el hastial escalonado con pináculos decorativos, propio de este tipo de palacios. Destaca el antepecho de la estancia principal, enmarcado por decoración plateresca y el escudo del linaje.
a Casona de los Hombrones. Esta casa pertenece a la familia Villa, haciendo su nombre referencia al maravilloso escudo con tenantes que sostienen sus armas y el lema “Un buen morir es onra de la vida”. Es de finales del siglo XVII, tiene soportales y balcones volados.
Casona de los Villa. Esta casa la encontramos a la entrada de la villa, en la calle Santo Domingo que comprende un volumen gótico, se amplio en el siglo XVIII, como consta la portada adintelada, óculos y balcones en púlpito. Campea entre ellos el escudo de los linajes Villa, Cos, Bracho y Bustamante, y sus honrados lemas.
Casona Sánchez de Tagle Esta casa fue construida a finales del siglo XVIII y esta ubicada en el Campo del Revolgo. Conserva original su balconada corrida en el piso superior sobre el espectacular escudo del linaje.
Museo diocesano Regina Coeli Es un antiguo convento dominicano del siglo XVI, aún utilizado por las clarisas. En 1967 se creó el Museo Diocesano, en el convento «Regina Coeli», con la finalidad de conservar, estudiar y exponer una parte importante del patrimonio artístico religioso de la Diócesis. Contiene un millar de obras, destacando las colecciones de imaginería medieval y barroca en madera policromada, la platería española y colonial, los esmaltes y marfiles, y una excelente colección de cristos. Dispone de un Taller de Restauración de gran prestigio y el Archivo Documental Diocesano.
Playa que recibe el nombre de la ermita de Santa Justa, situada en la localidad de Ubiarco (ayuntamiento de Santillana del Mar) es una construcción semiexcavada en la roca de un anticlinal.
Es espectacular ir a verla en dias de fuerte oleaje cuando las olas rompen casi a la altura de la capilla, un sitio espectacular para hacer fotos. El material que compone los estratos rocosos es cretácico marino, pudiendo encontrarse gran cantidad de fósiles de «Orbitolinas», una especie de lenteja de agua, con tamaños de una moneda de euro o más.
Estas lentejas de agua se dedicaban a tomar el sol sobre aguas marinas calidas y someras.Justo encima de la ermita está la Torre de San Telmo (ya perteneciente al municipio de Suances).
Desde la Edad Media, Santillana del Mar ha sido uno de los núcleos más importantes de la región, tanto que fue la capital de la Merindad de Asturias de Santillana, una de las merindades que conformaban la actual Cantabria. Aunque la presencia humana en el lugar ya dejó su huella en forma de impronta artística sobre las paredes de la cueva de Altamira, a escasos dos kilómetros del centro del pueblo.
La villa se estructura en torno a varios centros de funciones muy definidas. La Plaza de las Arenas presidida por la Colegiata; la Plaza de Ramón Pelayo, que fue originalmente la plaza del Mercado presidida por las Torres del Merino y de Don Borja, así como la Casa Consistorial y el área de los conventos de Regina Coeli y de San Ildefonso.
Santillana cuenta con un patrimonio arquitectónico extraordinario. Dentro de la arquitectura religiosa destaca la Colegiata de Santa Juliana, en torno a la que se desarrolló la villa. Hacia los siglos VIII y IX se fundó un primer monasterio que acogió las reliquias de Santa Juliana, de donde deriva el nombre de Santillana. Sobre el siglo XI el monasterio se convirtió en colegiata y durante siglos, los distintos linajes de la villa contribuyeron a engrandecerla. La mayor parte del edificio es románico pleno, aunque se perciben añadidos renacentistas y barrocos.
Por lo que se refiere a la arquitectura civil destacan edificios como la Torre de Don Borja, la torre del Merino o el palacio de los Velarde, ambos del siglo XV. Junto a ellos otras construcciones como la Casa-Palacio de Peredo-Barreda, la de los Villa o la de los Bustamante, todas del XVIII. Algunos de ellos actualmente acogen instituciones de carácter cultural como el Museo Diocesano, la Casa Museo del escultor Jesús Otero, la Fundación Santillana, el Museo de Caja Cantabria o las Casas del Aguila y la Parra que son salas de exposiciones.
Pero el atractivo de este pueblo no sólo está en estos grandes edificios, sino que todo él está conformado por edificaciones más humildes, aunque también con un alto valor histórico, que se muestran como un entramado urbanístico propio del medievo y el Renacimiento que transporta al visitante a otros tiempos.
Actualmente Santillana del Mar ofrece múltiples propuestas artísticas y culturales en forma de exposiciones permanentes o temporales y actividades de todo tipo que se desarrollan a lo largo de todo el año, especialmente en los meses de verano.
También cuenta con una amplísima oferta hostelera adaptada a todos los gustos, son pequeños y medianos establecimientos que en muchos casos ocupan edificios antiguos con siglos de historia entre sus paredes.
En la villa de Santillana del Mar, es posible apreciar algunos de los platos más significativos de la variada tradición culinaria cántabra, incluyendo especialidades tanto de la cocina marinera como de la montañesa.
Destacan los cocidos lebaniego y montañés (guiso con alubias, carne y repollo), el solomillo de añojo (vacas Tudancas, típicas cántabras), la merluza sobre espárragos verdes o el besugo.
La oferta se completa con los sabrosos quesos que se producen en toda la provincia, el bizcocho típico de Santillana o los sobaos pasiegos (a base de mantequilla, harina y huevos), de la cercana Vega del Pas.Algo muy típico de Santillana es tomarse un buen vaso de leche natural de vaca con un pedazo de bizcocho casero.
Durante las fiestas navideñas, se organiza la ‘Ruta de los belenes populares’ por las calles de Santillana, con la instalación de catorce belenes de gran tamaño.
Con la llegada del mes de marzo, Santillana, Arroyo y Herrán tratan de recuperar la tradición del canto de las marzas.
Santa Juliana. Esta fiesta de interés local se celebra el 28 de junio en honor a la Patrona de Santillana, cuya sepultura se encuentra en la Colegiata de la villa. Los picayos portan la imagen de la santa en procesión antes de la celebración de una misa, tras la que ejecutan la danza ‘del santu’ en su honor. Además, hay desfile de gigantes y cabezudos, chorizada, concierto folk y festival de danzas.
San Roque. Los días 15 y 16 de agosto tiene lugar esta celebración en Santillana, con danzas de los picayos tras la misa, pasacalles, romería y juegos infantiles.
Santas Justa y Rufina. El lunes de la séptima semana posterior a la Semana Santa se celebra en la ermita de Santa Justa una misa solemne con procesión de la imagen, seguida de danzas típicas y comida campestre. En el pueblo de Ubiarco se celebra además Santa Justa ‘la chica’ el 19 de julio, con misa solemne en la capilla de San Roque, danzas y romería.
Nuestra Señora de las Quintas. Es el nombre con que se conoce popularmente a Nuestra Señora de las Nieves, por la tradición de los quintos de pedirle un buen destino para cumplir el servicio militar. Se celebra en Queveda el 5 de agosto.
San Juan Bautista. Se festeja con romería y la tradicional hoguera, seguida de verbena y chocolatada, la noche del día 23 de junio en Viveda.
También se conmemoran San Sebastián el día 20 de mayo en Herrán; San Jorge el 23 de abril en Vispieres; San Salvador el 6 de agosto en Viveda; Nuestra Señora de la Consolación el 4 de septiembre en Yuso; la Natividad de la Virgen el 8 de septiembre en Arroyo; y San Cipriano el 16 de septiembre en Camplengo.